lunes, 7 de diciembre de 2015

Esa manía tuya de volver cuando ya apenas dolías.





Llegaste como las adicciones que reaparecen en las noches de excesos, 
en las noches de querernos y jodernos. 

Llegaste cuando comencé a cambiar la sombra sobre la que hablaban mis versos. 

Llegaste mojando  los miedos que ardían en mi cuerpo. 

Llegaste porque el karma sabe que lo que más deseaba, 
era lo que más me acabaría  doliendo.

Llegaste con una paz que se convirtió en guerra fría de reproches y de besos. 

Llegaste del mismo modo que yo nunca llegué a otros cuerpos. 

Llegaste afinando dudas, fingiendo liberar mis sueños.

Llegaste declarando que hay miradas que son la puerta al paraíso eterno
aunque en este caso nos sobró la manzana y la serpiente rodeándonos el cuello. 

Llegaste, y aún así te sigo echando de menos.
Legaste, pero nunca terminaste de hacerlo. 


M.






lunes, 13 de julio de 2015

Ave fénix.





He llegado al punto de inflexión de esta etapa, a la salida del camino de dudas que azotaban mi mente anestesiada para no sentir el dolor que yo misma me he hecho. He llegado al final del camino de baldosas amarillas y aún no he encontrado nada más que unas ganas locas de llorar.

Necesito un cambio. Necesito cambiarme. Resurgir de mis cenizas como el ave fénix, lamerme las heridas como un animal herido y continuar sin saber dónde ir.
Quiero coger los reproches, las inseguridades, el rencor, y también el pasado y llevarlos al aeropuerto más cercano a coger un avión sin billete de vuelta. Quiero empezar a quererme, porque ahora que tú has dejado de hacerlo ya no recuerdo que se sentía. Quiero escribir poemas de amor sobre mí que no hablen de ti, borrar la palabra nosotros del diccionario, y arrancarle a mordiscos nuestras huellas al colchón.

Por primera vez no quiero que vuelvas...esta vez no.

M.



sábado, 23 de mayo de 2015

Search and Destroy.





Me apartaste de tu vida como a la ceniza de un cigarrillo.
Me apartaste después de dejar que me consumiese en esa relación tóxica, fugaz, amarga y altamente adictiva. Cuanto más dolor sentía, más fácil era escribir e incluso después de irte seguías siendo mi musa. 
Al mirarte me sentía dentro de una película alternativa, de esas de bajo presupuesto y gran contenido, y me emocionaba imaginando con los ojos cerrados escenas nuestras con banda sonora propia.

Cogí el dolor, los besos, las noches despiertos y el olor del perfume que respiraba en tu cuello. Abracé mis rodillas, escondí mi cabeza, y con los ojos cerrados y una herida abierta en el pecho dejé que lentamente pasase el invierno. 

Me mojé los labios con un nuevo amor, proyecté mis sueños sobre un nuevo corazón sabiendo que en noches como ésta seguirías presente. 

No te quise y tú no me quisiste, pero siempre tuve miedo a que lo hiciésemos.  

Y a pesar de ello hoy algo dentro continúa doliendo. 


M.



domingo, 29 de marzo de 2015

Conversaciones en un coche con destino a ninguna parte.




Era un día de Marzo que parecía de pleno Julio. Él conducía a 92 km/h por una carretera nacional desierta con las ventanillas bajadas. Yo lo miraba sentada al otro lado. El aire caliente se colaba en el coche y resultaba algo agobiante. Todo el camino hasta aquel momento nos acompañó un gran silencio así que decidí romperlo.


 - ¿Sabes? Creo que el ser humano está perdiendo su humanidad. Creo que nos estamos  convirtiendo en animales en período de latencia.

- ¿A qué te refieres?

- No sé, siento que estamos dejando de sentir de verdad.

- ¿No sentimos? ¿Cómo no vamos a sentir?

- Es como si sintiésemos a través de una pantalla. El otro día leí un artículo, que hablaba sobre como afecta a nuestro cerebro el ver que hemos recibido una notificación en una red social como Facebook o Instagram o un mensaje vía Whatsapp. Es sorprendente, porque cuando ocurre eso nuestro cerebro libera dopamina ¿Sabes qué significa?

- La dopamina es un neurotransmisor, tiene muchas funciones pero supongo que te refieres a la relación que tiene con el placer ¿no?

- Exacto, es decir, piensa en la liberación de dopamina en relación a un comportamiento que realizamos. El ser humano libera dopamina cuando consigue algo, cuando logra algo que ansía.

- ¿Y una notificación en una red social es un logro?

- Ahí es donde quería llegar, me parece desolador pensar que obtener un me gusta en una foto es un estímulo para mi cerebro como si fuese un logro cuando ni siquiera es real. Nadie siente a través de una pantalla, sólo fingimos. Vemos una puesta de sol y sacamos el móvil para echar una foto en vez de pararnos a disfrutar de ella. Lo mismo ocurre cuando vemos una obra de arte. A veces, incluso hablamos con un amigo que nos cuenta lo mal que se siente y lo compadecemos escuchando con la cabeza vacía porque la tenemos puesta en otra conversación abierta con otra persona hablando sobre el  último video viral en Youtube.
No sé, estoy algo desilusionada con la evolución del ser humano en sociedad... incluso algo asqueada. Me da miedo que nos convirtamos en personas cuyo cerebro engaña haciéndolas creer que sienten cuando de verdad no sienten nada. Me da miedo que seamos animales en período de latencia esperando llegar a la última fase.

Me da miedo porque yo quiero sentir en primera persona. En primera persona y a tu lado. 



       M.