Sentados el uno frente al otro. Sobre la mesa descansan dos tazas de café frío, el tuyo con leche y azúcar, el mío tan solo y amargo como yo. Evitábamos mirarnos, nuestros ojos se posaban en la oscuridad del café. Mis manos sobre mis rodillas, mientras las tuyas se repartían la tarea de sujetar la taza de café y mezclar éste con la leche, ayudado por una pequeña cucharilla, cuyo sonido al tocar la fina porcelana era el único que se creaba en aquella habitación. Nuestro mantel, un mapa del mundo que nunca conoceremos del todo, a una escala demasiado complicada como para intentar abordarla.
Antes cogía sin pensarlo un avión hasta tus ojos, el océano pacífico les tenía tanta envidia... pero otras veces, eras tú quien cruzabas desiertos con el único fin de conseguir robarme un beso. Siempre fuimos parte de un mismo mapa, destinados a tenernos lejos y a querernos cerca, compartiendo el deseo de volver a ser un solo continente.
Hoy la distancia no se mide en amor. Hoy ni siquiera hay valor para coger un avión. Yo ya no busco tus ojos tú ya no robas mis besos. Lo cierto es que hoy no podemos ni levantar la vista del café y mirar al otro lado de la mesa. Finalmente la distancia nos ha vencido porque incluso teniéndote cerca, te noto demasiado lejos.
M.
.......
Et il est parti
Sous la pluie
Sans une parole
Et moi j'ai pris
Ma tete dans ma main
Et j'ai pleure
.................
Se marchó
Bajo la lluvia
Sin decir una palabra
Y puse
Mi cabeza en mis manos
Y lloré.
J.Prevet